Han pasado 10 días de la visita de Kárpov… y es hora ya de guardar en la misma caja al peón y al rey. Como toda partida tiene su final, la nuestra terminaba bajando por Gran Vía de camino al hotel Eurostars de la calle Leganitos, 13. Lo hacíamos Alfonso, Anatoly, Leontxo y un servidor. ¡Inmejorable compañía para un aficionado-amante de nuestro juego!
Pero en Madrid, donde siempre queda un bar en la esquina, todo es posible. Así que el «post mortem» de lo que, a mi juicio, había sido una jornada mágica, redonda, tuvo lugar en la cafetería Oskar de la Plaza de Santo Domingo. «¿Aquí antes no había un aparcamiento en altura?», señaló Kárpov para asombro de todos.
La memoria del gélido Tolia es descomunal. Su madre, hoy con 99 años, «está perfecta de cabeza», nos confesó. Así que, si de genética se trata, tenemos Kárpov para tres décadas más de sabiduría. Y no sólo ajedrecística, porque, para su cena bien merecida, pidió el plato adecuado: jamón de España, su país favorito, recalcó una vez más.
Habla la leyenda; tú escuchas…
Si tienes la inmensa fortuna de compartir mesa con Kárpov, con mi querida Nieves, con Alfonso y Laura, y con un periodista que lleva divulgando el ajedrez desde 1985, te callas y escuchas embobado, incluso aunque supieras inglés (que no es el caso) y aunque, inevitablemente, te intereses por Fischer, por Kaspárov…, y por la rica y convulsa historia de nuestro deporte ciencia.
De la historia ajedrecística de Kárpov se sabe «casi» todo, pero escuchar de su boca aquellos encuentros con Bobby para intentar, por tres veces, disputar un encuentro que nunca se llegó a celebrar… será, simplemente, inolvidable.
De su pronóstico sobre el mundial que el próximo viernes, 9 de noviembre, arranca en Londres entre Carlsen y Caruana, nos quedarán las crónicas recogidas, entre otros medios, por la Agencia EFE, el As y nuestro querido Federico Marín Bellón, en su blog del ABC «Jugar con Cabeza». He aquí varios de estos enlaces:
¡Hasta la próxima!
Estoy seguro de que Kárpov, más pronto que tarde, volverá a Madrid. Pero si a Anatoly el lunes 29 de octubre le esperaba un avión con regreso a Moscú a las 11:25 horas, a nosotros en la noche del domingo nos esperaba en la puerta de casa nuestro querido Víctor Guerrero, vicepresidente de Club de Ajedrez Getafe.
¿Y eso? Pues para hacer lo que hacen los amigos: darse un abrazo, recordar días históricos, beberse sin hielo la última botella de whisky y seguir soñando con el siguiente movimiento, con esa nueva partida… En definitiva, con las pasiones que mueven el mundo. ¡Saboreando, por tanto, hasta las tantas de la noche, ese beso que la vida nos acababa de regalar!
¡Salud, familia!