- 64 VILLALBA-MISCASA 5.5 – 0.5 GETAFE A
- GETAFE B 4.5 -1.5 LIBERTY CHESS B
- GETAFE C 4 – 2 JAQUE Y MATE VENCEREMOS
- GETAFE D 3.5 – 1.5 MOSTOLES C
- GETAFE E 2 – 3 ARANJUEZ
- GETAFE F 3.5 – 1.5 VALLECAS VILLA C
- GETAFE G 1.5 – 3.5 MONTPELLIER B
- GETAFE H 1 – 4 RIVAS C
- GETAFE I 3 – 2 CHAMBERI ACADEMIA B
Cinco victorias y cuatro derrotas es el balance positivo de esta jornada de Liga en la que hemos jugado ocho equipos en casa y nuestro equipo «A» ha jugado fuera, en una jornada conjunta de toda la División de Honor. Han perdido pero terminan la primera vuelta fuera de los puestos de descenso lo que no es poco mérito. ¡Ánimo!
Iniciamos la jornada con los preparativos para tener a punto cada detalle de las cuarenta y dos partidas a disputar. (¡42!) Casi un centenar de personas jugando ajedrez. Incluso estrenamos hoy cartelitos con el número de tablero personalizado en cada equipo. Todo dispuesto y las caras sonrientes y expectantes de nuestros jugadores lo dicen todo sobre la ilusión con que esperan el momento de estrechar la mano del contrario y poner en marcha el reloj para iniciar los ocho encuentros.
Más que contaros la historia de la victoria de mi equipo, hoy quiero compartir los momentos mágicos que he visto en las cuatro salas que ocupamos en el Centro Cívico. Al menos a mí me parece magia el momento en que los muchachos de los equipos «G», «H» e «I», que juegan en la misma sala, dan la mano a su rival, todos a una, como si lo hubiesen ensayado y empiezan las partidas. Esos peques, concentrados en qué mover y a dónde sin importarles si su rival es grande o pequeño, joven o viejo, intentando siempre salir de la sala con la sonrisa en los labios para que sus padres, que les esperan con santa paciencia, se sientan orgullosos de su vástago. O el necesario consuelo y ánimo si las cosas no salieron como quisimos.
Magia que, a veces, queda disimulada por partidas perdidas porque sonó un móvil. Hoy hemos ganado dos partidas, en dos equipos diferentes, por este motivo. ¡Necesario recordar que debemos apagar el móvil antes de empezar las partidas!.
Es mágico ver finales matemáticos llevados hasta el final como el que vi a Inés y que siginificó el punto definitivo de la victoria para su equipo. Un final de alfiles del mismo color en el que el rey blanco invadió el campo enemigo hasta tal punto, que su rival abandonó cuando el rey de Inés llegó a la casilla g7, haciendo inútil cualquier resistencia. El final de torres y peones de Blas que, en inferioridad, se empeñaba en buscar el jaque continuo salvador del medio punto o el de dos torres y cuatro peones por bando que David perdió por una imprecisión al proponer el cambio de torres. Esos finales y los demás, llenos de trampas y sutilezas que todos intentamos explotar y aprovechar al máximo.
El «B» y el «C» ganamos nuestros respectivos partidos y, como comentaba con Dani posteriormente, es importante porque casi aseguramos matemáticamente la permanencia en la categoría. Seguir teniendo equipos en todas las categorías posibles es imprescindible para nuestro Club; aseguramos así, con este «escalonamiento» de equipos, el progreso de nuestros jugadores, que tendrán la posibilidad efectiva de materializar su progreso con su ascenso a equipos situados en categorías superiores. Los jugadores, así, se mueven a través de los equipos que son, simplemente, herramientas para el desarrollo de cada uno.
Al firmar el acta de nuestra victoria le comenté al capitán rival que era un gran día de ajedrez; me contestó que era así porque habíamos ganado a lo que le repliqué que juntar casi cien personas jugando ajedrez con un montón de amigos a nuestro alrededor, con cinco partidos ganados y tres perdidos de ocho jugados (aún no sabíamos el resultado del «A»), era, sin duda, un gran día de ajedrez. Y la magia estaba en el aire.