Nuestro joven compañero Jaime Rey concluyó ayer su participación en el Mundial de Ajedrez Sub8 celebrado en Santiago de Compostela con 5,5 puntos y en el puesto 64º de la clasificación final (partía el 77º), así como con una subida de 36,80 puntos de Elo y una performance de 1270.
Pero lo más llamativo que Jaime nos deja en este Mundial es su sana ambición por la victoria, que buscó en dos partidas de tablas aunque terminara perdiendo en ambas, y su gran fortaleza mental para superar las derrotas y afrontar cada día una nueva partida como si fuese la primera, pese a las maratonianas 11 rondas de este campeonato, que arrancó el 3 de noviembre.
Jaime lleva tan sólo un año federado y compitiendo, pero creo que no olvidará nunca 2018; un año en el que, por primera vez, acudió al Campeonato de Madrid y quedó 2º empatado con el 1º; acudió al Campeonato de España y quedó 4º, empatado con el 2º; y vivió la experiencia de un Mundial, en el que han participado 827 chavales de 86 nacionalidades.
Gens una sumus
En un Mundial de ajedrez, más que en ninguna otra competición, se pone de relieve nuestro lema «Gens una sumus» (Somos una familia) y da gusto ver a niños y niñas menores de 12 años enfrentándose en partidas de más de tres horas, asumiendo con deportividad la victoria y la derrota.
No vamos a negar que el emplazamiento elegido para este Mundial (la Ciudad de la Cultura, de Santiago de Compostela) y la climatología adversa de estos días, que incluso obligó a suspender la tercera ronda por «alerta naranja», convirtió por momentos nuestro juego-ciencia en «deporte de riesgo» para llegar desde los autobuses a la sala de juego, pero el buen espíritu de las gentes del ajedrez superó con creces estos inconvenientes. Y ver la estampa multicolor de cada ronda generaba, simplemente, placer.
Para nuestro club, además, la presencia de Jaime ha sido en todo momento un motivo de orgullo. Su participación nos ha hecho enormemente felices, al tiempo que nos ha confirmado algo que ya sabíamos: su gran talento y tremendas cualidades para seguir progresando en el mundo de los 64 escaques, siempre que ése sea su deseo.
Además, en este Mundial, donde cada día se disputaban 400 partidas entre chavales de todas las razas y decenas de nacionalidades, con más de 2.000 acompañantes entre padres y madres, delegados y entrenadores, nosotros destacamos a Alejandra Martínez Eggmann, la madre de Jaime, que ha hecho posible el sueño de su hijo.
Gracias Sandra. Gracias Jaime… por hacernos vibrar estos días.