El torneo infantil del San Viator cumplía este domingo la undécima edición. Y hasta este colegio se desplazaron los mejores jugadores de Madrid y nueve pequeños grandes jugadores de la Escuela y del Club de Ajedrez Getafe, dispuestos a darlo todo, aun cuando la noche anterior todavía eran fiestas en nuestra ciudad…, y había quien correteaba por el Lorenzo Azofra pasadas las doce de la noche.
Pero, de vez en cuando, trasnochar un sábado y madrugar en domingo tampoco es tan malo, especialmente si la recompensa es entregarte al noble juego y disfrutar acertando con una combinación ganadora entre los 64 escaques.
Algo así fue lo que experimentó nuestro querido Héctor Martín, que se proclamó tercero en la competición alevín de este clásico torneo infantil, a pesar de sus 1294 puntos de Elo, muy alejados de los 1601 con los que cuenta Arturo Simonyan, que terminó primero, y de los 1565 de Lulu Zhou, segunda en la clasificación.
Pero don Héctor es un jugador con ambición. Una alma inquieta y noble, al que da gusto quererlo… y verle jugar. Un chaval con chispa que es un chispa de chaval, que lo mismo sabe escuchar a su padre Julián Martín, que a su monitor Jesús Soto, que al gran maestro Andrés Gallardo… que ya, si eso, él actuará con su propio criterio y personalidad. ¡Un grande…, tomando nota de todo!
Actual campeón Sub12 de Getafe y arropado por amigos que ya saben lo que es afrontar un torneo de ajedrez, nuestros alevines brillaron ayer en el San Viator. En una franja estrecha marcada por el desempate quedaron, del puesto 21º al 26º, Jorge Sánchez, Rubén Enrique Durand, David Matellano, Jacobo Peña y Alejandro Carretero, todos ellos con 3 puntos en 6 rondas.
En benjamines, hay que premiar el arrojo de Gonzalo Rey, que hace dos días a punto estuvo de dejar el ajedrez, «porque no gano», decía, y hoy tiene que ser el ajedrez el que esté agradecido a don Gonzalo de que haya perseverado para contar entre sus cautivos a un chaval que disfruta de tan noble juego. Exactamente, lo que hacemos todos los que formamos la legión de aficionados por Caissa, seamos o no premiados por ella. Así sea.
En prebenjamines, su hermano Jaime Rey, uno de los que sí están bendecidos por nuestra querida musa del ajedrez, quedó 7º, pero que a nadie le quepa la menor duda de que a este grande le quedan muchas jornadas de placer y gloria moviendo trebejos. Porque Jaime tiene ese qué con el que la visión se vuelve nitida y lo complejo se torna fácil.
Y con Jaime, Marcos Benjumea, que quedó 9º en prebenjamines después de quedar 6º en el Autonómico Benjamín No Federado el día anterior, sólo podemos augurar muchas tardes de ensueño. Ellos son el relevo o, como diría un enloquecido Pepe Cuenca, ellos son los jefes de una escuela que nació hace cinco años para extender el ajedrez en Getafe y, dicho sea sin modestia, lo estamos consiguiendo.
Sin prisa, pero sin pausa…, gracias a la extraordinaria familia que hemos formado entre todos y todas en nuestro querido Getafe.
«Gens una sumus».