El Getafe B (Primera) y el Getafe C (Tercera), en puestos de ascenso

A falta de cuatro jornadas para que concluya la Liga Regular Madrileña de Ajedrez, nuestro equipo Getafe B lidera el Grupo A de la Primera División, mientras que el Getafe C, con 6,5 puntos (de 9 posibles), se encuentra en el grupo de cabeza de los equipos de Tercera División y, por tanto, con muchas posibilidades de ascender a Segunda.
No será, en cualquier caso, un camino de rosas…, a tenor de lo sucedido en las últimas dos jornadas, tal y como refleja nuestro compañero JOSÉ LUIS RAMOS en las crónicas que teníamos pendientes de publicar.

Jornada 9ª, domingo 11 de febrero

Domingo, jornada en casa, fiesta del ajedrez, de nuestro Club y… victoria. Con los puntos obtenidos, en el Getafe C seguimos persiguiendo el sueño del ascenso a Segunda. Pero en nuestro equipo, además, la noticia fue que se incorporaba un nuevo jugador: David Ortiz Fernández, con ELO Fide 1928, dispuesto a ayudarnos en la batalla por el ascenso.
20180211_David OrtizEl estreno de David (jugando el Fender, en la foto adjunta) no pudo ser más brillante, ganando su partida de forma clara y dándonos el punto decisivo, tras las tablas de Óscar y las victorias de Andrés, por supuesto, y de la mía propia. Álvaro no pudo celebrar la victoria en su partida, pero la balanza contra el Capablanca ya estaba definitivamente volcada de nuestro lado.
La anécdota del día nos la comentaba Jesús Alcázar, mientras saboreábamos una cervecita en el pospartido. Según nos explicó, David Guerrero, del Getafe A, llegó a un final de dama y torre y cinco peones en cada bando, pero su rival tenía un peón pasado en columna «d» y en sexta fila, bien protegido y apoyado. David movió entonces su rey, sin ver que ese movimiento traía consigo la pérdida inmediata de su torre, con lo que la partida está perdida.
Pero David, sin pestañear, reaccionó diciendo a su rival: “Bueno, esto ya son tablas, ¿no?”. El rival se levantó, estudió las otras partidas que iban con igualdad y… ¡aceptó las tablas sin darse cuenta de que la tenía ganada! Y es que a veces el ajedrez también es suerte por increíble que parezca, aunque, sin duda, David tiene un don para poner un velo delante de los ojos de sus contrarios y no dejarles ver la realidad.

Jornada 8ª, domingo 4 de febrero

Hace dos domingos, jugamos contra el Banco de España y perdimos 3-2. Si tuviera que definir en una palabra lo sucedido sería, sin duda, culpa. O vergüenza. O quizás, rabia. Mi culpa venía de haber perdido una partida con blancas, en la que entré en una variante inferior y de la que debería haber sido consciente. Tan inferior, que me llevó al desastre.
Juan ya había ganado su partida, 1-1, pues, pero eso no me consolaba, porque Óscar estaba sufriendo en el primer tablero y Andrés y Javier iban igualados. Los apuros de tiempo provocaron el error de Óscar en una posición en la que la máquina nos diría después que tenía pequeña ventaja. 2-1
Andrés, luchando hasta el último peón, literalmente, ganó su partida tras error del rival en posición de tablas. 2-2. Y Javier, en la partida decisiva, iba ganando calidad y tenía una mejor posición… Se mascaba la victoria, pero ¡oh, dioses ingratos!, Javier no cubrió un jaque con torre y entró en una red de mate imparable.
Todo ello me hizo exclamar: ¡hay que joderse, cómo se han encontrado el partido! Y la mirada de Juan, en ese momento, fue estremecedora: ¡Dignidad, por favor! En el viaje de vuelta a Getafe, Javier y yo rivalizábamos sobre quién era más culpable. Pero no hay culpa, por supuesto…, porque la culpa es una vieja compañera en nuestra competición por equipos.
Y en esta Liga, los trebejos aún están sobre el tablero.