JOSÉ LUIS RAMOS
En la jornada 4 nos desplazamos a Móstoles para jugar contra su equipo B que en ese momento iba detrás nuestro en la clasificación. No sé aún si sería exceso de confianza o de automatismo en los movimientos pero el caso es que en ese encuentro, mi partida se convirtió en muy pocas jugadas en un ejemplo de cómo debemos prestar atención siempre al juego; un simple cambio en el orden de jugadas, aparentemente inocuo, se transformó en la máscara de mi vergüenza y tuve que abandonar en la jugada 13 con una posición sin esperanza de ningún tipo.
Lamentablemente, tuve tiempo para ver cómo mis compañeros sucumbían ante los contrarios mostoleños y solo dos tablas nos salvaron del cero del deshonor.
El domingo siguiente recibimos al Jaque Mate B, de Boadilla; un equipo parecido a nuestro “F” aunque con más años de estudio y de experiencia en la competición. Los muchachos del Jaque Mate demostraron con creces el porqué de su sitio en su club y la justicia de su posición en la tabla clasificatoria pues, salvo mi victoria en el segundo tablero y dos tablas, nos ganaron el partido con toda justicia.
Es más fácil reconocer esa justicia ahora, mientras escribo, pero cuando aún estaba inmerso en mi partida y me informaron que íbamos perdiendo 0 – 2 confieso que sentí que el pozo de la decepción se abría a mis pies y amenazaba con tragarnos a todos. Con el 2 – 4 ya firmado en el acta y ante un aperitivo en el bar, aún me sentía en shock por esa derrota inesperada ante los adelantados del futuro.
Con el bagaje de esas dos derrotas nos encaminamos a Leganés este domingo pasado, día 27 de enero, a jugar a casa del líder, único equipo que había ganado los cinco partidos anteriores.
Yo jugué de tercer tablero y mi partida rápidamente se dirigió hacia la igualdad, propuse tablas que mi contrario no pudo aceptar porque su capitán le dijo que tenía que aguantar porque se les estaban torciendo las cosas. Efectivamente, Sergio ganaba dama por torre en el cuarto tablero y Juan, en el sexto, tenía un ataque feroz con sacrificio de pieza incluido a una india de rey. Álvaro mantenía la igualdad y en los dos primeros tableros, David ganaba pieza y Óscar mantenía el pulso con firmeza.
Juan ganó inmediatamente tras las tablas de Álvaro y la victoria de Sergio no se hizo esperar. Con mi partida en “pausa” a la espera de acontecimientos, vimos cómo David ponía la victoria necesaria para ganar el partido, 0,5 – 3,5, lo que desencadenó de inmediato tablas en mi partida. Tras la trabajada victoria de Óscar el marcador final quedó en un impensable 1 – 5 a nuestro favor, victoria que no tardamos en celebrar en el mismo bar del polideportivo de La Fortuna.
Homenaje a los capitanes
Estamos en el ecuador de la liga y creo que es el momento de explicitar mi pequeño homenaje a los capitanes de los ocho equipos. Noel en el A mantiene viva la ilusión aunque cada semana deba “pelear” para juntar seis jugadores, los mejores posibles, que nos permitan en estas fechas decir que aún es posible el ascenso a División de Honor.
Víctor en el B no solo elabora el equipo de cada semana sino que al ser también capitán del E duplica su labor y es reserva de postín para ayudar al equipo que lo necesite. Handler capitán del C, mi capi, es el primer fan del equipo y aunque no juegue, si puede se acerca a apoyarnos allá donde estemos compitiendo.
Sergio, en el D, como capitán, jugador y monitor de la Escuela simultanea esta labor, junto a Víctor, para llevar entre los dos la responsabilidad de los equipos G y H en constante contacto con los padres voluntarios de los jugadores de esos equipos – imposible agradecerles lo suficiente su labor -. Y, finalmente, Jesús y Juan Carlos como capitanes del F, y éste último como presidente al tanto siempre de cualquier problema en cualquier equipo para coordinar las soluciones.
A todos ellos mi agradecimiento y reconocimiento por su labor, sin la cual no podríamos jugar inmersos exclusivamente en nuestra partida.