La coronación, un movimiento «mágico» de peón
Así como el patito feo resultó ser un cisne, el peón tiene la posibilidad de convertirse en dama, torre, alfil o caballo al alcanzar la fila base de su adversario (la fila «8», en el caso del peón blanco; y la «1», en el caso del peón negro).
Este movimiento «mágico» hace del humilde peón una pieza fantástica que puede «coronar» o «promocionar», convirtiéndose en una pieza poderosa. Así, por ejemplo, en el diagrama adjunto el peón blanco de la columna «d» está a un solo paso de alcanzar la casilla «d8» y convertirse en una dama.
Pero no hay que precipitarse, avanzar «alocadamente» los peones al principio de la partida para intentar coronar es una malísima idea, pues probablemente terminarán siendo capturados por las piezas rivales.
Es al final de la partida cuando la coronación es más real, más factible y tremendamente eficaz para dar jaque mate, ya que habrá pocas piezas enemigas sobre el tablero y la «excursión» del peón puede tener más éxito.
Has de saber, por último, que aunque mantengas en juego tu dama puedes coronar el peón y convertirlo también en dama. Tendrías dos. Podemos llegar a tener hasta 9 damas, pero eso sólo es una posibilidad que jamás se ha dado en una partida real.