¿Qué es la clavada?
Este giro táctico está protagonizado por tres piezas: la pieza atacante o «clavadora» (el alfil blanco, en el diagrama adjunto), la pieza atacada o «pieza clavada» (en el caso del diagrama, la dama negra) y la pieza resguardada (el rey negro), de tal forma que la pieza clavada no puede escapar del ataque.
Para que una clavada pueda considerarse como tal es preciso que la pieza resguardada tenga más valor que la pieza clavada (pues, si no fuese así, la pieza clavada se movería dejando al descubierto a la pieza resguardada).
Lógicamente, el objetivo normal de la clavada es ganar material. En este sentido, para que la clavada sea eficaz ha de producirse una de estas tres circunstancias:
- La pieza atacante o «clavadora» es de menor valor que la pieza clavada y se cambiará por ella.
- La pieza clavada no puede ser defendida y se pierde limpiamente.
- O bien la pieza clavada pierde su función defensiva sobre otra pieza que es capturada o sobre una casilla importante.
No todas las piezas pueden ser «clavadoras». Sólo ejercen esta función la torre, el alfil y la dama.
Sin embargo, todas la piezas (menos el rey) pueden ser clavadas.